Me encanta la estación. No me canso de repetirlo y si alguna vez coincides conmigo en una de ellas te lo diré y nos reiremos. Adoro inventarme historias e imaginar que aquel chico de enfrente está esperando a alguien, quizás al amor de su vida y por eso no para de mandar sms con su iphone, a modo de “cuándo llegas, te echo de menos” y de repente, mientras estás pensativa e imaginando quién puede ser ella, se desvanece toda la magia creada y aparece de repente su madre x la puerta del fondo¬¬! Y te ríes… O aquél hombre trajeado que no para de mirar el reloj… seguro que está haciendo tiempo en lo que llega su compañero de negocios para ir a una reunión; y dos minutos después otro hombre con maletín y traje se baja del tren y se dan la mano. ¡¡Lo sabía!! Aun sabiendo que todas las historias son ficticias… te ríes. Y si todas ellas las compartes con alguien el resultado es impresionante y las risas quedan aseguradas. Os invito a probarlo. ;)
La estación… bendita estación… a veces pienso que sería mucho mejor coger el coche, pero estoy convencida que me perdería millones de cosas, millones de gentes y millones de risas…
La estación… lugar de encuentros y desencuentros; de risas y lloros; de gritos y conversaciones, de música, de ruido, gente que llega, gente que marcha… Si eres curioso te invito a que observes con atención a tú alrededor para poder descubrir todas aquellas situaciones que te rodean.
Gente en la cola que desespera por un billete, padres pendientes del niño que no para de correr de un lado a otro, despedidas amargas, besos que no terminan nunca, personas que llegan y no esperan a nadie, parejas discutiendo, abrazos infinitos, maletas que van, maletas que vienen, pasos, gente que se va y no vuelve, risas, muchas risas, gente que desespera por la llegada de alguien, colas y más colas de gente, alguna mirada amargada, trenes que no llegan a su hora, felicidad, gente que pierde el tren, abrazos, besos, trenes que marchan a en punto, padres con las maletas de sus hijos, perros que se creen personas y vagan por la estación, miradas que lo dicen todo, gente con prisa, gente que vuelve de vacaciones, sonrisas, gritos, carcajadas, gente que llega para trabajar, gente… mucha gente… y a lo mejor estás tú entre bambalinas, observando el percal que se acaba de formar y riéndote por dentro, porque si lo exteriorizas la gente te puede llamar “Loco de la vida”, quién sabe, a lo mejor te encuentras conmigo... y nos reímos juntos!
Es muy distinto, al menos en mi caso, llegar a mi ciudad de origen donde siempre hay alguien en el andén esperándome, que llegar a la ciudad donde vivo, que raras veces puede haber alguien.
Su sonrisa al verme bajar del tren, dispuesta a cogerme la maleta por enésima vez, no la cambio por nada en el mundo, y es que
Son situaciones muy diferentes y me encanta que así sean, pues ahí está el quid de la cuestión.
Adoro venir a mi tierra a cargar pilas, a verlos a ellos, a tapear con ellas, a reír y a llorar al mismo tiempo… pero todo acaba –al menos de momento- porque este es mi mes, este es mi año, y así es mi vida, un poco caótica pero a la vez muy alternativa… :p
4 comentarios:
Me encanta lo que has escrito *__*
Me alegro que te guste ;)
Yo también me imagino la vida de los demás, pero no solo en la estación, sino en cualquier sitio... En el coche, en la autopista por ejemplo, imagino cuál debe ser el motivo por el que los demás coches se desplazan: trabajo, una aventura extramatrimonial, un funeral... Y te doy la razón en que no hay nada mejor que la sonrisa de alguien esperándote en el andén o las charlas de madrugada en la cocina... :)
Muchas gracias por tus comentarios! me encantan!!!
Sí, coincidió que últimamente la estación es lo que más visito y por ello la entrada, pero al igual q tú me encanta pensar en lo que puede estar pasando en la vida de otros!
besazos!
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