Lo que te hace grande

Y ahí estaba ella al otro lado de la mesa. Escribiendo una historia, su historia, con pensamientos varios y pensando sobre todo en él. No quería más mentiras, no quería superficialidades, lo quería a él, con esa sonrisa que le caracterizaba cuando la miraba, más bien cuando leía lo que ella escribía. A ella le pasaba lo mismo, quería más y más, quería otro email en su bandeja de entrada. ¿Cómo serían sus ojos, sus manos, su voz? ¿Cómo sería él? Demasiadas preguntas que poco a poco tendrían respuesta. Poder ver qué le decían sus ojos, cómo se movía, qué comentaba, qué opinaba de la vida, qué decían sus palabras... ¿habría risas de por medio en la conversación? Todo era una incógnita.

Sabía que era imposible, que de momento no podía estar a su lado porque aún no existía la teletransportación. Ni siquiera podía ponerlo cara, pero cuando estaba a punto de saber qué le decían esos ojos... cómo la miraban... de repente, se despertó. Un ruido la abrumaba, no sabía el qué, estaba sola en su habitación, pensando cómo y cuándo iba a sentarse al otro lado de la mesa, de esa mesa, esperándole a él, de momento solo podía soñar y soñar... hasta el esperado día.

http://www.youtube.com/watch?v=Kxys6Ud-4Hg&feature=fvwrel