sábado, 31 de mayo de 2008

jueves, 22 de mayo de 2008

¿Por qué es un compositor oLvidado?



Desde su muerte, en 1809, hasta un siglo y medio después, tras la Segunda Guerra Mundial (1950 aproximadamente), puede afirmarse que nada consiguió modificar la valoración y la imagen petrificada que se tuvo de Joseph Haydn.


El interés que en vida suscitó se desvaneció con la primera generación de compositores románticos. Hoy en día esto se está intentando remediar, aunque es difícil.


Hay un gran desinterés por modificar su imagen. Músico poco valorado a pesar de ser el Padre de la Sinfonía, el cuarteto, los tríos con piano y la recreación del género oratorio junto con sus misas del último periodo.


Tuvo una vida tranquila al servicio del príncipe Esterházy, durante cuarenta años trabajó para él, haciendo todo tipo de encargos. Estaba aislado, separado del mundo no conocía otras formas de ver música. Sólo al final de su vida todo se acelera, se traslada a Londres con la compañía de su representante, un violinista y empresario llamado Salomón, y cambia la forma de ver la música; compone las Sinfonías Londinenses y es influenciado por los movimientos artísticos de la época como el Sturm und drang (tormenta y pasión).


Como anécdota, destacar que Schönberg (compositor del siglo XX) dice que de Haydn aprendió cómo condensar en un mínimo de tiempo un máximo de acontecimientos.

sábado, 17 de mayo de 2008

La Octava Sinfonía de Beethoven.

Beethoven entró en escena en un momento favorable de la historia. Vivió en una época en que surgían nuevas y poderosas tendencias en la sociedad humana que le afectaron intensamente y que se dejaron sentir en su obra. Como Napoleón y Goethe, Beethoven era hijo del tremendo cataclismo que fermentó durante todo el siglo XVIII y terminó por estallar con la Revolución Francesa. Nació en Bonn en 1770 y murió en Viena en 1827, ciudad que vio crecer y desarrollarse el gigantesco talento del músico alemán.

A pesar de que muchos aficionados consideran la Octava como una regresión en la carrera sinfónica de Beethoven (algo acomplejada entre las monumentales Séptima y Novena), hay que considerar que, pese a su apariencia, tiene muchas audacias de carácter armónico. Al contrario de las críticas y del poco éxito de público que alcanzó, el compositor sentía una gran estima por esta obra, que consideraba incluso superior a la Séptima.

Está escrita en su mayor parte durante el verano de 1812 en Bohemia, en un balneario a donde el compositor había ido a reponerse de una enfermedad intestinal. En este tiempo conoció a Goethe, personaje muy admirado por Beethoven, quien había compuesto en música varias de sus poesías. Aunque al poeta le interesaba mucho la música no llegó a comprender a Beethoven, ni a conocer la obra del gran músico.

Después de escuchar la Octava nos reafirmamos en que Beethoven fue todo un artista; después de él, ya nada pudo volver a ser lo mismo; había abierto las puertas a un mundo nuevo, pues este precursor ha terminado su obra allí donde terminan los límites del arte.