Un principio ético y un interés se encontraron al ir a cruzar un puente. Como los dos no cabían por el estrecho corredor, se inició una discusión en torno a quién tenía derecho a pasar primero. El principio ético lo intento todo: propuso pasar los dos a un tiempo, o incluso sostener al interés sobre sus hombros para que pudieran pasar juntos. No sirvió de nada. Al final, el interés se abrió paso a empujones, y el principio ético cayó al agua.
5 comentarios:
Pobrecito, siempre pierde el mismo.
Un abrazo
Suscribo al 100 por 100 las palabras de Pablo.
Un beso,
Álvaro
Desgraciadamente es así...pero me ha parecido un cuento precioso para contarlo :)
¿qtl el principio del curso?:)
yo todo bien...
beso!
De dónde lo has sacado?jejeje. X lo menos sirve para algo el "código deontológico"..jeje.
Muaaakk!
"cuando habla el deber callan las voces de sirena de la felicidad" (pensé que esta vieja reflexión de Kant pegaba aquí)
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