sábado, 30 de junio de 2007

un cuentoo


Las emociones humanas solían encontrarse en un frondoso bosque mágico para jugar. Allí el odio, la esperanza, la envidia, el amor y el miedo correteaban riendo sin parar perseguidas por el rencor, la locura, la traición, la curiosidad y la alegría.

Dicen que un día, jugando al escondite, la locura buscaba al amor, que se había escondido entre una montaña de hojas, la traición le acercó un tridente de afiladas puntas y la instó a pinchar el follaje para descubrirlo. Así lo hizo la locura sin sopesar el daño que resultaría de su acción. Cuenta la leyenda, que desde entonces, el amor se quedó ciego y la locura llena de culpa, decidió guiar sus pasos.


Después de tanto andar juntos el amor y la locura, terminaron haciendo pareja y disfrutaron inmensamente. Pocas cosas son eternas, y llegó un momento en el que el amor, cansado de tanto delirio, descontrol e incertidumbre, dejó a su lazarillo y decidió casarse con la razón.
El amor no se equivocó en su decisión, porque guiado por la razón los peligros desaparecieron y las inseguridades se desvanecieron con ellos.


Nada es perfecto, porque pasado un tiempo el amor empezó a darse cuenta de que en medio de tanta seguridad apareció el aburrimiento en su ser… así que después de mucho pensarlo y tras consultar con su amiga la fantasía, el amor tomó una decisión, o mejor dicho dos: decidió seguir casado con la razón, pero se daría la libertad de vez en cuando de encontrarse con su vieja amiga y amante compañera, para dejarse llevar por ella y perderse en la locura, por un rato, antes de volver, renovada, a los seguros brazos de la razón.


(Para mi querida amiga y compañera Mª Ángeles Vinuesa ("Vinu") que me pidió este cuento hace mucho tiempo, un beso!).

3 comentarios:

angels dijo...

Hola Nuria..

No recuerdo quien eres , pero al parecer este cuento va dirigido a mi..
Gracias , Internet es muy pequeño por lo que ves
Un beso
Angels Vinuesa

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Nadie sabe nada.
Lo siento.
Besos,
Diego

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Lo de Àngels Vinuesa, impresionante...